Málaga cantaora se viste de luto por la perdida de uno de sus hijos, Antonio de Canillas, cantaor flamenco mas longevo, fallecido a la edad de 88 años, que supo mantener y difundir los estilos malagueños con el más puro clasicismo, siendo el referente para las nuevas generaciones de cantaores.
La noticia del fallecimiento de Antonio Jimenez González,(1929) natural de Canillas de Aceituno, ha causado eco en los medios informativos, aunque no lo suficiente en los principales fuera del ámbito regional andaluz y del mundo del flamenco, algo muy habitual en estos últimos años, donde la prensa y la TV nacional muestra poco interés sobre estos casos, les interesa más el morbo de las corrupciones políticas y los separatistas que la cultura, esta es la desgracia de España en estos momentos.
Nada nuevo puedo reseñar, sobre la vida y la trayectoria de este gran artista flamenco que no se conozca en el mundo del flamenco, pero creo que no está de mas, resaltar las cualidades humanas y artísticas como un reconocimiento y homenaje postumo a Antonio de Canillas, más conocido artísticamente por este nombre.
Como solía suceder por lo general, en la vida de los artistas flamencos nacidos en la primera mitad del siglo XX, sus principios no estaban exentos de carencias y necesidades. España se encontraba inmersa en una una guerra política interna y después la segunda guerra mundial, hacia que los artistas en general se fueran a otros países para buscarse el sustento por varios motivos. La falta de trabajo, la poca industria y los factores políticos sociales, llevaron a la mayoría de la población a una situación extrema de carencia y sacrificio.
Este fue el caso de Antonio Canillas, huérfano de madre con pocos años, se tubo que "buscar la vida" desde muy joven, según sus vivencias, con tan solo siete años, dadas las cualidades cantoras, era solicitado en reuniones de amigos en bares y tabernas, para que cantara sin acompañamiento musical a "cappella" para recibir una propinilla y con ello ayudar a su padre, para superar las "fatiguitas" de la vida. Pasados los años, estando en el servicio militar en Melilla en 1947, realiza su primera aparición pública en el escenario de un circo ambulante presentándose a un concurso de cante, llegando a ser el ganador con un premio de 800 pts, importante cantidad en aquellos años. A sí lo narraba el mismo en una entrevista.
Este cantaor ha estado dotado de unas cualidades de voz extraordinarias, a si lo ha demostrado hasta los últimos momentos de su vida, cantando con buena voz con la respetable edad octogenaria.
Escuchemos como ejemplo su arte, cantando unas malagueñas del Canario en plena juventud.
Según manifestaciones de compañeros artistas, como Antonio Fosforito, La Cañeta de Málaga y Antonia Contreras, entre otros muchos más, Antonio Canillas en el aspecto humano era muy querido y respetado como buena persona, manifiestan de el, nunca oyeron una queja o mala disposición hacia cualquier artista, algo que engrandece y honra a su persona.
En el campo profesional alcanzo primeros premios de gran importancia, como fue la Lámpara Minera, en el VI Festival Internacional de cantes Mineros en la Unión (Murcia), y la Saeta de Oro en Sevilla. Creador de la Saeta Malagueña, a la que supo imprimir su propio sello personal, acoplando la música del cante por saeta con un martinete introduciendo cantos gregorianos para dulcificar y embellecer con melismas este estilo.
En el campo profesional alcanzo primeros premios de gran importancia, como fue la Lámpara Minera, en el VI Festival Internacional de cantes Mineros en la Unión (Murcia), y la Saeta de Oro en Sevilla. Creador de la Saeta Malagueña, a la que supo imprimir su propio sello personal, acoplando la música del cante por saeta con un martinete introduciendo cantos gregorianos para dulcificar y embellecer con melismas este estilo.
Antonio Canillas cantando su saeta personal
Conservador y difusor de los estilos malagueños, como malagueñas de varios estilos, y cantes casi desaparecidos de no ser por él, como la Jabera, el Jabegote y diferentes estilos de fandangos verdiales abandolaos.
De la misma forma que cantaba los cantes de su tierra, también fue gran conocedor de otros estilos como la solea y los tangos de Málaga que dominaba perfectamente, así como los cantes festeros, alegrías y bulerías.
Creo que estas grabaciones que nos deja este gran cantaor malagueño, a parte de la extensa discografía que edito a lo largo de su prolífera carrera en la que deja patente la gran calidad que tenía como cantaor, sirve como referente a las siguientes generaciones, o deberían de servir, para ejemplo y estudio de como se puede mantener el flamenco más clásico sin necesidad de contaminaciones que hagan perder su identidad, teniendo en cuenta que cada estilo permite recreaciones y posibilidad de aceptar la personalidad innata de cada cantaor, lo mismo pasa en la guitarra y el baile, admiten en su ejecución constantes improvisaciones propias del momento y de la actitud del estado de ánimo del ejecutante. Esta es la grandeza del Arte Flamenco, aún repitiendo el mismo estilo, ya sea cantado, tocado o bailado, manteniendo sus bases y compás, siempre es diferente. Esto lo saben profesionales y buenos aficionados; pero sin olvidar su propia raíz, esto es lo que Antonio Canillas a mantenido siempre.
Por ello se debe de recordar a este cantaor como un maestro digno de admiración y respeto,y que ocupe un digno lugar entre los grandes en la historia de este Arte.
Con todo respeto y humildad, sirva esta reseña como un reconocimiento a su trabajo y labor en pro del flamenco.
Comentarios
Publicar un comentario