La Peña flamenca la Siguiriya de Valladolid, en su labor de mantenimiento y difusión del Arte flamenco y dentro de la programación correspondiente a la temporada y ciclo de recitales que se realizan desde septiembre del 2024 a julio del 2025, el pasado sábado 10 de Mayo, previa votación y propuesta de los socios se opto por la elección de contar con la presencia del maestro Marcelo Sousa y la colaboración del guitarrista Antonio Centenera, artistas conocidos y amigos de la mayoría de los socios, a sabiendas de que se podría disfrutar de una buena velada, como así fué.
Marcelo Sousa Navas; nació en Guillena (Sevilla)
en 1949, aunque reside en la Torre de la Reina Se trata de un cantaor ortodoxo
que destaca por su gran fuerza en la ejecución Se encuadra dentro de la llamada
escuela mairenista y es un gran dominador de los cantes por soleá y seguiriya. Mairenero de afición y de devoción.
Ha participado en multitud de festivales, alternando con las grandes figuras flamencas de su época y la actual.
Gusta coger los cantes y traerlos a su fonética,
y forma de expresarlo, y entender el Flamenco. Es además un
inquieto estudioso de la cultura flamenca. Domina con maestría los palos
considerados «fundamentales o matrices», como soleá, seguiriyas y tonás.
Cantaor admirado y muy querido en nuestra peña, donde se valora su cante
clásico y cabal..
Antonio Centenera Gálvez nace en Puente Genil (Córdoba) en 1960, consolidándose a temprana edad como el principal guitarrista de acompañamiento en La Puente, recogiendo
las viejas glorias de guitarristas locales como Manolo Santos y
‘El Seco’, hijo. Es un caso ejemplar de autodidacta, ya que
desde los trece años se inició con una desbordada afición y sin ningún maestro,
observando, aprendiendo y robando tiempo a su descanso después de duras faenas.
Así, poco a poco, se ha ido abriendo camino en el mundo flamenco local y
comarcal, con una extraordinaria vocación intuitiva y un gran sentido del ritmo
y el compás. Ha sido guitarrista oficial en los tres últimos concursos de El Rincón Flamenco,
peña a la que está muy unido.
Lejos de virtuosismos deformantes y
protagonistas, hoy tan al uso, Antonio Centenera es un guitarrista ideal en el
acompañamiento al cante por su perfecto acoplamiento y la serenidad de su
toque, tan acorde a estilos graves y solemnes de los cantes cordobeses. Puede
magnificarse en esta guitarra el
sentimiento que le pone el toque profundo, teniendo como referente al
desaparecido maestro Enrique de Melchor. Colaboró con el Ateneo
de la ciudad en la grabación del disco Flamencos
de Córdoba (Homenaje a Agustín Gómez) en 1991. Como norma habitual en esta peña, estos recitales se presentan en la sede con una previa cena de confraternización entre aicionados y artistas invitados al recital, tras la cual son presentados los artistas a los asistentes por el presidente para inmediatamente dr comienzo el recital.
Con un ambiente distendido tras unas palabras de agradecimiento por parte del cantaor Marcelo, este comenzo cantando por Alegrías, acompañado a la guitarra por Antonio Centenera. Desde el primer minuto se pudo comprbar las ganas de agradar y la implicación de ambos artistas en la intrpretación de los cantes con la intención clara de transmitir sus conocimientos a los presentes. Así fue su primera intervención. Siguieron con el cante por Caña, manteniendo su clasicismo y espiritu en la interpretación consiguiendo llegar al público sus intenciones, recibiendo una gran ovación al finalizar este estilo primitivo.
A pesar de los años Marcelo aún posee una voz poderosa, imprimiendo fuerza a los estilos, demostrando desde el primer momento el conocimiento de ellos, y su implicación en la interpretación.
Este cantaor, sabedor de la buena afición de esta peña, no escatimo tiempo ni cantes, ofreciendo un largo repertorio palgado de los estilos mas duros y algunos de ellos poco cantados en la actualidad por otros artistas flamencos, como fué, la petenera, la mariana, o el cante por cabales entre otros muchos, en los que supo mantener el clasicismo propio de estos estilos, claro está, imprimiendo en ellos su propia personalidad interpretativa, dejando espacio en los silencios para la intervención de la guitarra del maestro Antonio Centenera, que supo arropar perfectamente manteniendo los tiempos y el compás en su justa medida, llevando perfectamente su respuesta en los finales de los tercios, aplicando el acorde correspondiente, a veces con rasgueos, otras con ligeras falsetas y arpegios, para embellecer los silencios del cantaor.
La Petenera la Mariana
Marcelo Sousa, siguió desplegando en todos los cantes su buena disposición y conocimiento consiguiendo los jaleos olés por parte del público asistente, sabiendo de ante mano que con estos dos artistas la velada transcurriria con un despliegue largo con estilos duros y exigentes, como la solea apola, la seguiriya, tientos tangos, la alborea , algunos fandangos, y bulrias para despedirse,
la alborea Durante todo el recital entre estilo y estilo, Marcelo nos presento alguna vivencia propia en el mundo famenco, y algún chascarrillo con gracia como buen sevillano que es, y algunas explicaciones sobre los estilos y letras propias suyas que las introduce en algunos de los cantes. A lo largo de la actuación se pudo observar como estos dos artistas disfrutaban en la interpretación de los estilos, algo que consi- guieron trasmitir a los asistentes. durante toda la noche. y hacer con ello disfrutar de una velada, en la que predomino, el buen hacer en los estilos, manteniendo la más pura ortodoxia de los mismos, pudiendo escuchar letras y formas poco cantadas como las cabales.
Malagueña y abandolaos
Fandangos Personales Como conclusión; Recital propio de grandes cabales, para un público entendido que sabe apreciar el contenido de este arte, disfrutando como verdaderos aficionados, sabiendo reconocer y agradecer a artistas verdaderos maestros como son ;Marcelo Sousa y Antonio Centenera, conocedores y mantenedores de la verdadera esencia flamenca. Despedidos con una muestra de cariño, y amistad por parte de los presentes quienes agradecieron esta especial velada con una larga y gran ovación como premio a su intervención.
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