El pasado viernes 26 de Abril, en la cafetería del teatro Zorrilla de Valladolid, reapareció la cantaora Silvia Verdugo, una joven que lucha a fondo por abrirse camino en este difícil mundo del arte flamenco.
Si ya se hace complicado y arduo el comienzo en la tierra donde nació el flamenco, Andalucía, para cualquier persona capacitada de esa región en el ejercicio de esta disciplina, donde se puede disponer de centros y lugares para practicar, aprender y consolidarse como una posible artista de este género, mucho más complicado y duro se hace en lugares como en las provincias de Castilla y León, donde se carece de medios o, escasos en su totalidad para adquirir conocimientos con base firme en la practica de este arte y menos aún para poder ejercerlo, por ello es necesario resaltar el trabajo, la ilusión y la capacidad de esta cantaora, que a pesar de todas las contrariedades, este día en el café de este teatro sorprendió a todos los presentes con su buen hacer.
Silvia Verdugo acompañada a la guitarra de forma magistral por Miguel Uña, mostraron su complicidad y entendimiento durante todo el recital, como se puede observar en esta instantánea, lo que da a entender, la cantidad de horas de ensayo y trabajo para llegar al empaste de los temas ofrecidos.
Se noto en esta ocasión, el progreso y el conocimiento de los estilos que canto a la hora de ejecutarlos en el empleo de la voz, esta joven cantaora, dispone de una voz, dulce, serena en la entonación, recordando a veces a Maite Martín y instantes a Rocío Marquez. Es la sensación que a mi me produce al escucharla, en ocasiones anteriores, su tesitura discurría algo lineal, pero en esta ocasión, peleo el cante, consiguiendo transmitir al público, mostrando su evolución de forma positiva, dejando patente su esfuerzo en el estudio de los cantes y el continuo trabajo para poder llegar al estado actual de formación, consiguiendo dejar su propia personalidad en los cantes.
Comenzando la noche por malagueñas rematadas con estilos abandolaos. Una vez roto el hielo de los primeros minutos, como dijo Silvia al finalizar estos cantes, continuo su recital realizando un paseo por diferentes estilos, enfrentada a un público que guardó profundo y respetuoso silencio durante toda su intervención, como si de un examen se tratara. Por norma general en estas tierras castellanas el publico se muestra siempre guardando silencio durante el cante, salvo algunos tímidos olés, para finalmente romper en un largo aplauso, como agradecimiento a los artistas.
En todos estos estilos, Silvia supo imprimir su personalidad y forma de hacer el cante, manteniendo el clasicismo de los estilos, entre los que personalmente destaco la petenera, el grupo de bamberas que ofrecio, y la toná por trilleras, dejando patente en esta ocasión, las ganas y la buena disposición que tenía esta noche por cantar y mostrar su arte, de lo cual, hizo participe al guitarrista Miguel Uña dejando una vez más la buena técnica y el saber acompañar en todo momento el cante de Silvia, arropándola y guardando los silencios justos y propios al cante.
Se noto en esta ocasión, el progreso y el conocimiento de los estilos que canto a la hora de ejecutarlos en el empleo de la voz, esta joven cantaora, dispone de una voz, dulce, serena en la entonación, recordando a veces a Maite Martín y instantes a Rocío Marquez. Es la sensación que a mi me produce al escucharla, en ocasiones anteriores, su tesitura discurría algo lineal, pero en esta ocasión, peleo el cante, consiguiendo transmitir al público, mostrando su evolución de forma positiva, dejando patente su esfuerzo en el estudio de los cantes y el continuo trabajo para poder llegar al estado actual de formación, consiguiendo dejar su propia personalidad en los cantes.
Comenzando la noche por malagueñas rematadas con estilos abandolaos. Una vez roto el hielo de los primeros minutos, como dijo Silvia al finalizar estos cantes, continuo su recital realizando un paseo por diferentes estilos, enfrentada a un público que guardó profundo y respetuoso silencio durante toda su intervención, como si de un examen se tratara. Por norma general en estas tierras castellanas el publico se muestra siempre guardando silencio durante el cante, salvo algunos tímidos olés, para finalmente romper en un largo aplauso, como agradecimiento a los artistas.
una muestra por malagueñas
El recital continuo, con estilos como los tangos, romance, cantiñas, bamberas, trilleras, fandangos naturales, fandangos de Huelva, y bulerias.En todos estos estilos, Silvia supo imprimir su personalidad y forma de hacer el cante, manteniendo el clasicismo de los estilos, entre los que personalmente destaco la petenera, el grupo de bamberas que ofrecio, y la toná por trilleras, dejando patente en esta ocasión, las ganas y la buena disposición que tenía esta noche por cantar y mostrar su arte, de lo cual, hizo participe al guitarrista Miguel Uña dejando una vez más la buena técnica y el saber acompañar en todo momento el cante de Silvia, arropándola y guardando los silencios justos y propios al cante.
Cantiñas, el mirabrás
Video que muestra la buena disposición de esta cantaora. Algo que en los últimos tiempos gusta hacer a las nuevas generaciones del flamenco, y que en los primeros instantes del inicio de un estilo de cante, incluyen un preludio musical de otro estilo, como es este caso, iniciar por milonga, para introducirse en el cante de mirabrás, formulas que no dejan de ser buenas y novedosas para salirse de un comienzo clásico y permitir con ello demostrar el abanico de posibilidades que ofrece el flamenco, siempre que este bien ejecutado, y este es el caso, como se puede ver en este vídeo.
Otro de los estilos, fue la Petenera, cante que en los últimos tiempos se prodiga poco en los recitales en directo por los cantaores, y que el público supo agradecer a esta cantaora, que se atrevió a ello y que resolvió con solvencia, como se muestra en esta grabación.
De esta forma fue transcurriendo la noche flamenca en el café del teatro Zorrilla a cargo de Silvia Verdugo y el maestro Miguel Uña, dejando una seña de identidad propia de buen flamenco castellano, que a pesar de las dificultades que existen en estos lugares para poder ejercer este arte, es de agradecer que haya estos artistas que luchan y trabajan por una ilusión, aunque existan momentos difíciles que invitan a veces a dejarlo. De ello hablamos unos momentos, sobre el problema de los pocos lugares y ocasiones que se presentan en estas ciudades, dado el poco apoyo que se tiene por parte de empresarios y estamentos oficiales, teniendo por otra parte en contra, el famoso refrán " Nadie es profeta en su tierra" algo que esta presente, teniendo en cuenta la escasez de público en este viernes 26 de Abril, que asistió al recital, lo que da a entender finalmente, la escasa valoración y oportunidades que se da al artista local, sobre todo en el flamenco.
Desde este medio, mi felicitación y enhorabuena a estos dos artistas por ofrecer una noche de un flamenco serio, en cuanto a los estilos interpretados, de los que disfrutamos como buenos cabales.
Todo mi apoyo. y esperemos que el futuro sea más abierto y prolifero en actuaciones para esta joven cantaora como premio a su esfuerzo y dedicación.
Al mismo tiempo agradecer a la dirección de este café por continuar la linea que llevaban en el desaparecido café España, al mantener su apoyo por el arte flamenco.
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