El jueves 20 de Febrero de 2020, Antonio Molina "El Choro"presento en el teatro Principal de Zamora su espectáculo "Mi baile", o al menos a sí se podía leer en el guión publicitario, acompañado a la guitarra por Juan Campallo y los cantaores Johnny Reyes y Ismael dela Rosa. En esta tarde noche el teatro presentaba una entrada algo menos numerosa que el pasado jueves con la velada de Antonia Contreras y Manuel Moreno "El Pele", lo cual indica que el baile tiene menos adeptos en la afición de esta ciudad o bien los artistas de este jueves son menos conocidos popularmente, algo que siempre es a tener en cuenta en este tipo de eventos, como también en otros. La popularidad es un factor importante en el mundo de las artes.
El Arte Flamenco se forma de tres disciplinas, el cante, el baile y el toque de guitarra, cada disciplina tiene sus propias técnicas y características, algunas comunes, como son el compás y el ritmo.
En los últimos años (veintena de ellos) o quizás más, se viene apreciando la evolución constante en el flamenco debido al estudio y la preparación de las nuevas generaciones, esto conlleva una serie de contaminaciones y modismos que influyen, unas veces de forma positiva y otras negativas.
En la guitarra se observa claramente el progreso de la técnica y la forma de su evolución que sobresale debido a la preparación y mejor conocimientos de base teórica y practica, en los nuevos guitarristas. El cante de igual manera que la guitarra va sufriendo su perfeccionamiento y conocimientos en la técnica con los nuevos y jóvenes valores que se preocupan de formarse. También el baile progresa de igual manera que sus dos compañeros, pero aquí en esta disciplina se viene observando que el baile discurre por otro camino, y esto se ve con suma claridad en los nuevos bailaores y bailaoras. que supeditan la mayor parte de su intervención a querer demostrar la técnica del zapateado con intervenciones sumamente largas en todos los estilos bailables para llegar en la mayoría de ellos a improvisar introduciendo el compás y ritmo de bulerías y jaleos, por lo que finalmente impera la técnica del zapateado con la fuerza del mismo en un alarde de facultades que terminan siendo repetitivas.
Este es el caso concreto como ejemplo, la intervención de Antonio Molina "el choro" en esta velada en el teatro Principal de Zamora.
Antonio Molina, nace en Huelva, aprende los primeros pasos del baile de la mano de su padre"El Choro", ampliando su formación y conocimientos con Manolo Marin y Javier Cruz. En 1999, con tan solo 14 años gana el Certamen de Baile Flamenco Joven de Huelva, convocado por la fundación Cristina Heeren, desde estonces se afinca en Sevilla para continuar sus estudios y ampliar su formación para seguir su carrera interviniendo en diferentes festivales y recitales hasta que en 2015 presenta su primer espectáculo "Aviso: Bayles de Jitanos"en el XX Festival de Jerez, obteniendo el premio Revelación del Festival de Jerez 2016. Dos años mas tarde 2018 vuelve a presentar en solitario su propio y segundo espectáculo "Gelem" dirigido por Manuel Liñan.
En este día "Mi Baile" en el teatro Principal de Zamora, abrió escenario el guitarrista Juan Campallo con un preludio de guitarra, dejando claro sus amplios conocimientos en el toque de guitarra, dando paso a los cantaores Jonny Reyes y Ismael de la Rosa iniciando su intervención alternando con cantes por tonás, a modo de pregunta respuesta ( una letra cantada por uno y otra por el otro). seguidos por un cambio de la guitarra por seguiriya dando paso al bailaor, retirándose entre bastidores para dejar a los cantaores seguir con cantes de las minas (tarantas).
El recital prosiguió, con cante por tangos, y alegrías bailadas, con la nueva aparición en escena del bailaor. predominando como en el anterior estilo la técnica del zapateado, y desplates para finalizar por compás de bulería.
Con esto se llego al final del recital, despidiendo al publico con un breve fin de fiesta por bulerías, a lo que se insistió por parte del público solicitando un bis, dado que los artistas se retiraron finalizando su actuación, a la que se debe señalar algo corta.
Despedida con el fin de fiesta, norma habitual y fijada ya en la mayoría de este tipo de recitales.
Este bailaor dejo patente sus conocimientos y técnica en el zapateado, al igual que sus compañeros sobradamente conocedores del compás y el ritmo acompañados de una guitarra plena en técnica y compás logrando un efectivo empaste con el baile.
Como análisis final desde un punto de vista objetivo (el mio, siempre respetando otras opiniones) y por supuesto,con el máximo respeto hacia los artistas que merecen toda mi admiración.
Pero en este caso concreto se pone de manifiesto algo que se está generalizando en las nuevas generaciones de bailaores, es el abuso desmedido de la fuerza y zapateado sin descanso en todas y cada una de las partes del baile, si es que existen, además de la repetición excesiva incluyendo el ritmo de las bulerías al final de cualquier estilo que se baila, dando como resultado una pesadez y monotonía a lo largo del recital, primando la improvisación, aunque si estudiada al baile estructurado en donde el baile siempre debe de respetar las intervenciones del cante y de la guitarra, y no "meter los pies" dejando paso para que el cuerpo, los brazos y las manos sean los que transmitan al público las formas plásticas del movimiento, parte esencial del baile para lograr un ente completo.
Existen normas básicas y comunes que deben de estar presentes en el baile, por eso de denomina baile, donde intervienen no solo los pies, el cuerpo y brazos que cumplen su función plástica, si esto no se produce el baile queda pobre a falta de su espíritu, y como resultado nos encontramos con la monotonía por el abuso de ciertas técnicas, como el zapateado excesivo y apabullante.
Esta fue la sensación que sentí, en esta ocasión, abuso de zapateado, monótono y repetitivo. excelente el buen hacer del guitarrista Juan Campallo.
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