En definitiva, el duende es esa capacidad que tiene un artista, ya sea cantaor, bailaor o músico, de emocionar al público con la interpretación y expresión de su arte. No se trata tanto del estilo o de la corrección absoluta de la disciplina como de un don, es el estado de gracia que permite al artista convertirse en expresión viva del arte, en un momento determinado he irrepetible en este caso del flamenco.
Manuel Agujetas acompañado por Manolo Sanlucar interpretando una Seguiriya
Después de expuestas todas las anteriores apreciaciones sobre el duende flamenco, este difícilmente suele aparecer como manifestación en las interpretaciones que realizan los artistas en grandes espacios como; teatros, plazas públicas, festivales y espacios como los grandes auditorios, ya que en estos lugares la afluencia masiva de público, el sonido, los efectos luminosos y la responsabilidad que recae sobre el estado anímico, la lejanía del escenario hacia la intimidad con el público, son condicionantes para el artista en las que la mayor parte de sus actuaciones hace que su intención se centre más en la parte técnica y musical para solventar el estilo a interpretar que la intención emocional y el sentimiento sean el factor principal para conseguir transmitir su esencia y por lo tanto impedir la aparición del llamado "Duende" en donde el artista se muestra en toda su plenitud interpretativa.
Contrario a esto, si suele suceder en otros momentos mas especiales en los que los aficionados han solido presenciar, cuando se une un grupo de artistas con amigos o familiares en celebraciones particulares intimas, en domicilios, en tascas o bares de reuniones en donde sin preparar nada surge la juerga espontánea o bien en alguna peña flamenca coincidiendo cantaores y guitarritas, donde la familiaridad, la amistad de unos y otros, y las ganas de pasar un buen rato sin prejuicios ni responsa- bilidades y como suele ocurrir con las cabezas un poco calientes por la bebida y haber disfrutado de algunas viandas, da comienzo la intervención del cante, toque y a veces baile, en estos ratos surge repentinamente como un artista profesional o buen aficionado con conocimientos y facultades, siente la imperiosa necesidad de expresarse con toda la plenitud interpretativa llegando a estar y sentir una situación especial y única, donde se pelea con el cante, toque o baile, sacando todo su sentimiento creando y a veces improvisando situaciones y formas únicas que no se volverán a repetir nunca, es en esos momentos tan especiales donde aparece el Duende, sentimiento incapaz de ser explicado, dejando una huella en el interprete y en los que se encuentran como testigos presenciales que no olvidaran nunca. Por ello, estos momentos tan especiales son los que los aficionados y profesionales tratan de buscar y encontrar en todas las actuaciones que presencian, en el ánimo de asistir y disfrutar de un momento tan especial, en donde el arte flamenco puede ser realizado en toda su grandeza, y ser un arte Único, en donde el artista cantaor con solamente su voz o acompañado por el sonido de la guitarra puede realizar una obra musical de gran contenido emocional, así mismo el guitarrista solista puede conmover al publico espectador y oyente con su virtuosismo y capacidad interpretativa, al igual que el bailaor o bailaora levanta pasiones y oles con sus desplantes o ritmos vertiginosos con el taconeo.
Solamente este arte puede invocar algo tan etéreo y tan sutil como es el Duende Flamenco, cuando el artista saca su alma al interpretar un estilo dando todo su ser en la interpretación.
Mis Saludos cordiales y agradecimiento a todos los visitantes a este blog.
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