Haciendo eco a las reflexiones sobre este tema del maestro de la guitarra flamenca Manolo Sanlucar, en unas entrevistas sobre las que da su opinión y como norma general en el, cuando habla sobre la guitarra de como debe de ser su estudio y aprendizaje, y donde debería de establecerse su lugar de presencia. Siempre sus palabras tienen un sentido justo, abalado por la razón el conocimiento y el sentido común. Son sentencias ineludibles, como cánones bases que no admiten contradicciones por ser portadores de argumentos justos y precisos.
Es evidente que la guitarra es el instrumento que ha marcado las bases y lineas musicales firmes del flamenco.
En sus orígenes, la guitarra flamenca, hermana de la guitarra española, se va adaptando y generalizando como un instrumento muy propicio para el nacimiento de la música flamenca, hasta tal punto, mediado el siglo XIX, asume totalmente la dirección y guía principal del flamenco. Sus primeros guitarristas, famosos son bien conocidos en el mundo del flamenco; como lo fueron Francisco Rodriguez Murciano (el murciano 1795-1848), José González Patiño (1829-1902), Antonio Perez Galindo (Maestro Perez 1839- 1895), Rafael Marín, Miguel Borrull Castelló (1866-1926), Fernando Rodriguez Gómez (Fernando el de Triana 1867- 1940), Luis Yance, Luis Molina y Ramón Montoya.
En paralelo por otro camino divergente se forma otra tendencia en la guitarra de concierto con guitarristas de formación académica (conocimientos técnicos musicales) iniciada por Tomas Damas, Jaime Bosch (1826.1895) y Julián Arcas, y autores como Miguel Llobet (1878-1938), Domingo Prat, Emilio Pujol, Regino Sáinz de la Maza (1897-1987) y Andres Segovia, que dotan de su identidad a la guitarra Clásica.
De esta, la guitarra flamenca recoge técnicas, como el arpegio, y los tremolos, para ampliar su campo incorporándolas, a las suyas propias como el rasgueo, el alzapua, y el golpe en la caja; pero el método de aprendizaje y conocimiento es diferente al sistema clásico. La guitarra flamenca en sus inicios se realiza por medio de enseñanzas generacionales de maestro a alumno generalmente carentes de principios musicales metodológicos propios de la guitarra clásica, lo que crea una corriente de aparente desprecio hacia la guitarra flamenca por parte de la guitarra culta clásica, incluso apoyada esta por un sector de intelectuales, y estamentos oficiales que desarrollan un cierto antiflamenquismo.
Desde una forma de enseñanza no reglada, la guitarra flamenca prosigue su camino, perfeccionándose y adquiriendo relevancia gracias a grandes figuras de guitarristas, que aparecen a lo largo de su historia y que comienzan a sacarla de su segundo plano como instrumento de acompañamiento al cante y baile para ir ocupando un lugar en solitario como guitarra de concierto flamenco.
Esto se debe a guitarristas como Ramón Montoya, Niño Ricardo, y principalmente a Agustín Castellón Campos "Sabicas" entre otros, quien difundió la guitarra flamenca por toda la Urbe.
A estos guitarristas, les siguieron otras generaciones de virtuosos; como Victor Monje "Serranito", Paco de Lucía y Manolo Sanlucar, herederos de los anteriores y verdaderos artífices del toque de la guitarra flamenca moderna, considerados como los nuevos pilares.
Es Paco de Luciá quien asume la nueva linea virtuosa del toque flamenco, que será el factor común de las nuevas generaciones, pero aunque la guitarra flamenca de concierto asume su nuevo plano de popularidad y surgen verdaderos maestros de ella, virtuosos en las diferentes disciplinas, acompa ñamiento al cante y baile, con guitarristas como, Niño Miguel, Manolo Franco, Enrique de Melchor, entre otros muchos más. guitarristas de concierto en guitarra flamenca; Manuel Cano, Gerardo Nuñez, Rafael Riqueni, José Antonio Rodriguez,y Vicente Amigo ..etc..
A pesar de la aparente popularidad alcanzada por varios de estos guitarristas, a nivel internacional, la guitarra flamenca sigue siendo la gran desconocida. Esto lo han manifestado públicamente varios de los grandes guitarristas, y es conocido por la afición.
Pero el maestro Manolo Sanlucar manifiesta y defiende como pocos, la única posibilidad lógica y la mejor forma de que la guitarra española, la flamenca, pueda salir de las sombras y vea la luz para ocupar el lugar que merece, y ese camino no es otro que llevarla a los conservatorios públicos, impartiendo su enseñanza desde un sistema reglado, serio y analítico, con profesores cualificados y preparados a tal fin.
Manolo Sanlucar, defensor y luchador de un aprendizaje serio de la música flamenca.
A qui es donde se encuentra el gran problema, y donde nos podemos preguntar ¿porque, si exceptuamos unas pocas provincias, como Córdoba, Barcelona, Murcia, Sevilla, y quizás alguna más, la guitarra flamenca no es apoyada para su introducción en los conservatorios de música profesional?
Si el flamenco como arte, fue proclamado Patrimonio Inmaterial Cultural de la Humanidad, ¿ como es que su música no es tratada como tal? y su historia no es impartida en las Universidades.
En otros países, incluso se estudia de forma oficial, universidades americanas financian a sus alumnos para estudiar en España, como es el caso en Moron de la Frontera.
Debemos de pensar pues, que el flamenco sigue arrastrando su lacra y no es admitido por la clase "culta". o bien que si se le apoya, desplace a otras disciplinas por intereses particulares (como suele suceder).
Lo cierto, y en esto el Maestro Sanlucar, tiene toda la razón, un aprendizaje, sin base seria y sin conocimientos y estudios musicales, el alumno se encontrará en pocos años con una serie de barreras que serán determinantes negativas para el ejercicio y practica correcta de este instrumento que exige una gran dedicación y trabajo, ya no sirven otros caminos como recibir clases de oído, o estar días y días en tablaos o juergas de amigos, que lo único que sirven es para adquirir errores y vicios poco aconsejables, difíciles de corregir.
La razón solo tiene un camino, y en esto, el maestro Manolo Sanlucar debe de ser apoyado por profesionales y aficionados, para poder llegar por fin, a buen puerto, y que la guitarra flamenca salga de la aparente clandestinidad para poder ser conocida como se merece en todos los niveles. Su música, y sus maestros, la gran mayoría desconocidos por el gran público.
Esta es la asignatura pendiente de la cultura española, que por desgracia carecemos. ¿los motivos? habrá que seguir insistiendo en el tema hasta la saciedad si queremos que se llegue a reconocer su importancia como se merece el Arte Flamenco.
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